
«Antes pensaba que el valor fundamental de la vida era el amor,
Meira del Mar
pero con el paso del tiempo he podido darme cuenta que no era cierto.
El valor más importante de la vida no es el amor, es la salud».
Aunque hoy en día es más común escuchar sobre la importancia de cuidar la salud mental, también es cierto que todos hemos oído al menos una vez que el tiempo lo cura todo. Se nos dice que dejemos pasar las cosas, que no pensemos en ellas y que se solucionarán solas… Tristemente, esto rara vez ocurre. Ignorar cómo nos sentimos suele llevarnos a sentirnos peor, a dudar de nosotros mismos y a asumir que está bien seguir así.
¿Qué pasa entonces cuando intentamos ignorar cómo nos sentimos respecto a algo o alguien? A corto plazo, la evitación puede funcionar, pero el problema surge a largo plazo. Si se trata de una relación o un suceso recurrente en nuestra vida, ignorarlo solo nos llenará de frustración o, en su defecto, nos hará desconectarnos de ello. El principal conflicto es que la desconexión nos aleja de todo, y alejarnos de nuestra propia vida nunca es una solución.
A través de la terapia psicológica, podemos mejorar nuestro bienestar emocional. Ir a terapia implica hacernos cargo de lo que nos pasa y buscar soluciones. Aprendemos a reconocer nuestras emociones, a abordarlas de forma constructiva y a implementar nuevas formas de afrontar las situaciones conflictivas en nuestra vida.
Sí, ir a terapia ayuda a mejorar la calidad de nuestra vida. No solo porque conocernos mejor nos ayuda a estar más claros en nuestras búsquedas y metas, sino también porque nos permite establecer límites necesarios para nuestro autocuidado. Nuestras relaciones afectivas se benefician enormemente al tener claro lo que queremos en nuestra vida, y también nos permite limitar lo que nos hace daño.
Ahora sabemos que las emociones influyen en nuestra salud de manera integral; no reconocerlas puede generar muchos problemas, incluso médicos. El sufrimiento emocional persistente afecta nuestro sistema inmunológico, endocrino y metabólico. En general, todo nuestro organismo se ve afectado si no estamos bien y si nuestra salud mental se resiente.
Así que, la próxima vez que escuches que el tiempo lo cura todo y que lo olvides, ponte en primer lugar y cuida tus emociones y cómo te sientes. Si es algo que lleva tiempo afectando tu vida y no has podido solucionar, busca ayuda profesional. ¡Tú importas! ¡Tu salud mental importa! No dejes que un mito convierta un problema en una bola de nieve o en una avalancha.
Referencias:
Piqueras Rodríguez, J. A., Ramos Linares, V., Martínez González, A. E., & Oblitas Guadalupe, L. A. (2009). EMOCIONES NEGATIVAS Y SU IMPACTO EN LA SALUD MENTAL Y FÍSICA. Suma Psicológica, 16(2), 85-112.